A priori el grupo más duro de este Mundial. Con Alemania, Rusia y Francia, tres selecciones que saben lo que es conquistar el título, Serbia, originaria de la antigua Yugoslavia campeona del mundo, la emergente Brasil y Corea unificada.

Sin duda la selección asiática es la más débil del grupo. La selección ahora entrenada por Cho Young-shin llegará a esta cita mundialista en un contexto muy especial, pues por vez primera Corea del Sur y Corea del Norte participarán bajo un mismo equipo (debe haber al menos 4 jugadores de Corea del Norte y la convocatoria podrá ser de 20 jugadores en lugar de 16). Corea del Sur, en el pasado, con su juego veloz y defensas abiertas fue quien de sorprender a selecciones de mayor potencial, pero en los últimos años ha estado lejos de su mayor nivel, incluso quedándose fuera de los dos últimos Mundiales.

Por encima de Corea, se presupone que Serbia, Rusia y Brasil serán las selecciones que peleen por la tercera plaza, que da acceso a la Main Round. Serbia y Rusia siguen a la deriva, dejando en el olvido aquellas generaciones que tantos éxitos le dieron a su país. Caso contrario es el de Brasil, que tras caer en octavos ante España en el pasado Mundial llegará a Alemania con dar un paso más y lograr su mejor clasificación histórica (hasta ahora el 13º puesto de España 2013).

La mayor parte de los miembros de la selección brasileña son jugadores de peso en equipos europeos y eso se tiene que notar en el equipo de Washington Nunes. Notarán la baja de Rogerio Moraes pero con hombres de la talla de Thiagus Petrus, Haniel Langaro, Fabio Chiuffa o Jose Toledo están obligados a pelear por llegar hasta la Main Round.

Por último, por nombre, plantilla y objetivos, Francia y Alemania serán los que deben luchar por el liderato de grupo. Los germanos llevan con este Mundial como objetivo el último lustro, juegan en casa y quieren repetir algo parecido a lo que se vivió en 2007. La selección de Christian Prokop tiene jugadores para pelear por todo, lo demostró en el Europeo 2016, pero llega con muchas dudas después de un Europeo pobre como el que realizó el pasado mes de enero (solo pudo ganar a Montenegro y a la República Checa).

Por su parte Francia llega al Mundial con la firme intención de demostrar que el gran trabajo realizado por su Federación en los últimos años es válido para ser capaces de ganar un torneo como este ya sin jugadores como Narcisse (retirado), Omeyer (retirado de la selección) y Nikola Karabatic (lesionado).

Los galos, dirigidos por Dinart, vienen de ganar el Mundial de 2017 y de ser bronce en el Europeo 2018 (solo perdieron un partido, ante España en semifinales). Su plantilla está plagada de talento, experimentado y joven. Promesas que ya son realidades, como Dika Mem, Ludovic Fabregas, Romain Lagarde o Melvyn Richardson deben dar un paso adelante para obrar la proeza de ganar el tercer Mundial consecutivo.

Edu Agulló | @Eduagullo