Víctor García ‘Pillo’ | @VictorG_Pillo

Al margen de cuestiones motivacionales y ánimo de revancha, que siempre dan un plus en la manera de afrontar estos partidos, al igual que en la 1ª jornada con Montpellier, el FC Barcelona dejó prácticamente sentenciado el partido en los primeros 30’.

Y prácticamente con los mismos argumentos:
– Una portentosa actuación de Nielsen en la portería (10 de 16 62% en el 21’). A la que esta vez se sumó P. de Vargas con 2 siete metros atajados.
– Un ataque solvente, fiable y versátil con mucha creatividad que tuvo nuevamente, en Dika Mem su principal ejecutor.
– Y, por último, apoyándose en esa fantástica portería-defensa 6:0, consiguió llevar el partido a una velocidad en la que se siente cómodo y sus rivales sufren.

Después de 3 derrotas dolorosas, a la cuarta fue la vencida y por fin el Magdeburgo sucumbió ante la apisonadora catalana.

Los alemanes no transmitieron buenas sensaciones, con su juego habitual entrelineas reiterando acciones de 1×1 y continuidad o juego con pivote, pero con muchas dificultades para habilitar buenas situaciones de lanzamiento. La baja de Gisli Kristjansson es un lastre que difícilmente pueden superar un hoy gris O’ Sullivan y Felix Claar. Con Kristjansson el ataque de los alemanes sube muchos enteros, no solo por su aportación individual a nivel goleador sino también por su fantástico trabajo en beneficio de sus compañeros.

Las misma impresión de endeblez desprendía su habitualmente infranqueable defensa 6:0 fuerte y dura con Bergendahl y Chrapkowski en zona central. Ni siquiera el fiable O’ Sullivan estuvo a su nivel habitual. Solo en los últimos minutos del 1º tiempo se aplicaron un poco más a nivel de intensidad con escaso acierto que apenas tuvo efectos a nivel de marcador.

La temporada de los equipos alemanes es dura, larga y exigente, por lo que necesariamente suelen centrarse en llegar en las mejores condiciones posibles en los momentos importantes. Y en esos momentos Magdeburgo ha demostrado que es un auténtico especialista en sacar rendimiento en situaciones de máximo estrés, cuando está en juego algo mas que los 2 puntos de un partido. La temporada pasada clasificó 2º en la fase de grupos perdiendo 3 partidos y paso con muchísimas dificultades la eliminatoria de ¼ de final con Wisla Plock.

La Superglobe de noviembre será una buena piedra de toque para ver si Magdeburgo sigue manteniendo ese gen competitivo que le da una excepcional eficacia en momentos decisivos de la temporada.