De un tiempo a esta parte el balonmano ha contemplado como la tipología de sus centrales mudaba de tal manera que había una amenaza real de desaparición del ‘central clásico’. Un ‘central clásico’ que durante décadas había marcado el devenir del ataque de los grandes equipos y selecciones que han triunfado en nuestro deporte.

Ante la invasión del ‘central moderno’, ese jugador con grandes similitudes a los laterales, con buen lanzamiento y un potente uno contra uno, dejó durante años a los ‘centrales clásicos’ en una situación de peligro de extinción. Con naturaleza de laterales, estos ‘centrales modernos’ conquistaron a determinados entrenadores, que, viendo que eran capaces de dar continuidad al balón con cierto rigor, optaron por trasladarlos del lateral al central para dotar al equipo de más lanzamiento. Así, contemplamos como muchos equipos y selecciones europeas decidían darle el timón de mando de su ataque a jugadores desequilibrantes, con buen lanzamiento y con un talento suficiente para poder brillar en el centro del ataque a pesar de tener cabeza y alma de lateral. Se prescindía de esa visión privilegiada del ‘central clásico’ en favor del poderío físico.

Centrales modernos como Domagoj Duvnjak o Daniel Narcisse se imponían a otro tipo de jugadores que destacaban más por lo que aportaban al juego de su equipo que por sus registros goleadores. Los ‘centrales clásicos, veían como cada vez su hueco era más reducido. Pocos eran los entrenadores que se resistían a la tentación de tener otro buen brazo en la primera línea.

Pero como suele ocurrir en estos casos, hubo quien salió a defender a una especie en extinción con tantas virtudes. Que tanto han aportado a nuestro deporte y que tanto tienen que decir en un balonmano que con el paso del tiempo es más físico pero cuya tendencia no le hace estar reñida con la brillantez e inteligencia de los ‘centrales clásicos’.

Los continuos triunfos del balonmano español y la crisis económica de la Liga ASOBAL hizo que muchos equipos europeos optasen por darle las riendas de su equipo a técnicos españoles, que llegaron a banquillos europeos con una idea clara, implantar su estilo de juego, donde prima la táctica y la técnica, en plantillas muy dotadas físicamente, algo de lo que carece el balonmano español. La combinación se antojaba perfecta, como posteriormente se ha confirmado. Pero para poder llevarlo a cabo había que tener en la pista un buen cerebro, el hilo conductor entre el banquillo y la pista no podía fallar. Así, todos tuvieron claro que la mejor manera de explotar a los laterales físicos era poniéndoles al lado a ‘centrales clásicos’ que sacasen lo mejor de sus compañeros y que le facilitasen el trabajo colectivo.

La diferencia entre los equipos entrenados por españoles y el resto es notable, aunque sí que es cierto que en los últimos años ha habido otros entrenadores que se han concienciado de la importancia de preservar una especie que se encontraba en peligro de extinción como es el ‘central clásico’. La actual temporada de la EHF Champions League es un fiel reflejo de lo que estamos hablando.

Por un lado, junto a alguna excepción como el SG Flensburg-Handewitt de Ljubomir Vranjes, tenemos a los equipos entrenados por españoles, que tiene en su plantilla centrales hechos principalmente para dar juego a sus compañeros, central jugones, es decir, ‘centrales clásicos. Así nos encontramos con el Telekóm Veszprém, con Chema Rodríguez y Mate Lekai; al HC Vardar, con Igor Karacic y Luka Cindric; al MOL-Pick Szeged, con Stas Skube, y al KS Vive Tauron Kielce, con Uros Zorman y Dean Bombac.

También una pequeña excepción es el FC Barcelona Lassa de Pasqui, que se ha quedado con uno solo central de este tipo, como es Raúl Entrerríos. Tras la marcha de un jugón de primer nivel como Dani Sarmiento, los blaugrana no han fichado a ningún ‘central clásico’. Veremos si este hecho, en la confección de la plantilla azulgrana, es algo circunstancial o no.

Por el otro lado, además de la clara excepción del SG Flensburg-Handewitt, equipo que puede jugar en el centro con Thomas Mogensen, Rasmus Lauge, Jim Goffritsson o Kentin Mahé, tenemos al Rhein Neckar Löwen, que con Andy Schmid tiene un central que combina características del central moderno y del central clásico. Eso sí, Nikolaj Jakobsen, al margen del suizo, la rotación la completan laterales reconvertidos. Muchos minutos hemos visto al danés Mads Mensah Larsen con la manija del ataque de los de Mannheim.

Por el otro lado, en contraposición a los equipos entrenados por españoles, de los equipos fuertes que optan por los ‘centrales modernos’, tenemos al PSG Handball, que utiliza en el centro a Daniel Narcisse y a Nikola Karabatic, y al THW Kiel, que cuando mejor juega, ante la ausencia de un central puro, es cuando el puesto de central lo coge el zurdo Steffen Weinhold. Alfred Gislason se ha dado cuenta de que cuando mejor rinde Domagoj Duvnjak es cuando se le descarga de las labores de dirección, algo que también le ocurría a Aron Palmarsson, al que en el pasado le vimos jugar muchos minutos como central en su etapa en el THW Kiel.

Más casos de equipos que optan por ‘centrales modernos’ encontramos en la Bundesliga. Y el ejemplo más claro es uno de los favoritos en la EHF Cup, el Füchse Berlin, que cede la dirección de su juego al Serbio Petar Nenadic, que principalmente destaca por su juego individual.

Es cierto que hemos visto casos de plantillas que ‘centrales modernos’ que han levantado títulos. El ejemplo más claro es Francia, que posee jugadores de tanto nivel que se puede permitir prescindir de un central puro. Nikola Karabatic y Daniel Narcisse son tan buenos que pueden leer perfectamente lo que necesita en cada momento su equipo sin ser el prototipo de ‘central clásico’.

Pero son más lo casos de equipos que triunfan con este tipo de jugadores en su plantilla. Así, los últimos ganadores de la EHF Champions League han sido el KS Vive Tauron Kielce, con Zorman; el FC Barcelona, con Sarmiento y Entrerríos; el SG Flensburg-Handewitt, con Thomas Mogensen, o el HSV Hamburg, que levantó el título tras una Final4 donde brilló Michael Kraus.

Viendo estos precedentes y lo que está pasando esta temporada en la EHF Champions League parece claro que los ‘centrales clásicos’ han encontrado su nicho de mercado gracias, principalmente, a los entrenadores españoles y su amenaza de desaparición parece ya cosa del pasado.

Edu Agulló | @Eduagullo

 

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