Víctor García ‘Pillo’ | @VictorG_Pillo

No fue el mejor partido del Barça en esta temporada de la Machineseeker EHF Champions League. Pero la excepcional actuación de Emil Nielsen (19 de 49 para un 39% final) fue suficiente para abrumar a los lanzadores portuenses y decantar el resultado final para su equipo.

Después de 4 años exitosos con Magnus Andersson en la direccion del equipo, Oporto inicia una nueva etapa marcada por la vuelta de Carlos Resende, mejor jugador de la historia del balonmano portugués, que se hace cargo del banquillo de Os Dragoes 14 años después de abandonarlo y, en consecuencia, con 14 años más de experiencia dirigiendo equipos como ABC Braga, Benfica o Gaia.

Ambos equipos se presentaban con pleno de victorias europeas, bien es cierto que con diferente tendencia y sensaciones. Mientras que los portugueses ganaban apuradamente por la mínima sus 2 partidos, 24-23 al Wisla Plock y 29-30 en Celje, con remontada incluida (parcial de 13-21 en 2º tiempo); los catalanes, con un juego casi perfecto, conseguían 2 victorias apabullantes ante rivales de entidad como Montpellier y Magdeburg.

 El inicio de partido vino marcado por la defensa 3:2:1 que planteó Resende, utilizando al jovencísimo Oliveira en funciones de avanzado. El Barça tardó en desperezarse y en leer con lucidez el sistema defensivo.

La primera superioridad, por un exclusión de Pedro Veitia, cambió la decoración del hasta ahora espeso y atascado ataque culé; con buenas acciones de juego sin balón y mucha circulación de jugadores consiguió la fluidez necesaria para conseguir buenas situaciones de lanzamiento. El Barça ya hacía goles con relativa facilidad y Resende se vió obligado a cambiar a su habitual 6:0, cuya zona central ocupaban Iturriza, Salina, Veitia y Christensen.

Defensivamente el Barça utilizó su tradicional 6:0, con su consolidada pareja de centrales Petrus-Carlsbogard. Y lo cierto es que no estuvo al nivel de los 2 partidos anteriores. Solo la portentosa primera mitad de Emil Nielsen (11/26 para casi un 43% ) evitó que el marcador llegase al descanso más apretado. A “pesar” de Nielsen, Porto llegó al descanso con 15 goles, 4 más que Montpelier, que le metió 11, y casi el doble que Magdeburg (8 goles).

Pero es que la actuación de Nielsen  y su influencia en el resultado no solo viene derivada por sus 19 paradas, sino también por facilitar el juego rápido en el que se encuentra cómodo el equipo, anotando muchos goles de contraataque.

En el inicio del 2º tiempo se rompió definitivamente el partido. Con un parcial de 2-6 (17-25) el Barça puso tierra por medio y a pesar de los intentos de Resende de revolucionar el partido tratando de revertir la dinámica negativa con constantes rotaciones y cambios de sistema defensivo, lo cierto es que el Barça, con altibajos de juego y a pesar de la inconsistencia de su 6:0, nunca vio peligrar la victoria.

En definitiva nueva victoria sin apreturas, con participación de todos los convocados y destacable actuación en la reentrada en Champions de Aitor Ariño.