Nikola Karabatic debutó con la selección francesa en octubre de 2002, hace ya 15 años. Por aquel entonces era una joven promesa de 18 años con todo por demostrar y que prematuramente estaría en la concentración de su selección durante el Mundial de Portugal 2003.

Desde entonces los títulos han caído sin cesar como si se tratase de las gotas de lluvia que caen sobre El Chocó, en Colombia, región del planeta donde más llueve. El primer título cayó en el Europeo de 2006, donde ganaron la final ante España. Tras este torneo, que se jugó en Suiza, Karabatic ha ganado 3 Mundiales, 2 Juegos Olímpicos y 2 Europeos. Casi nada.

Tanto con su selección como con clubes lo ha ganado todo, su palmarés está cargado de títulos, pero de ganar hoy en el Paris Bercy este Mundial le dejará un sabor de boca especial. Hoy Nikola tiene la oportunidad de probar un planto que conoce muy bien, la victoria, pero con un condimento nuevo. “Esta final claro que será muy especial para mi. Lo he ganado todo, he disfrutado grandes momentos a lo largo de mi carrera pero algo así nunca lo he podido vivir. Jugar en país, delante de mi público, de mi familia, de mis amigos, es algo que me hace mucha ilusión”, nos contaba antes de la final.

Aquel Mundial 2003, en el que Francia fue tercera, fue el primero de Claude Onesta en el banquillo. Sustituía a un Constantini que había dejado la selección tras ganar en París el Mundial de 2001.

Nikola Karabatic solo tenía 16 años cuando su país ganó el Mundial de Francia 2001, oro que se colgaron al cuello Daniel Narcisse y Thierry Omeyer, compañeros ahora de la estrella gala. Por lo que este Mundial cobra todavía más importancia para el que ya es uno de los mejores jugadores de la historia del balonmano. Ganar en casa siempre es motivo de especial alegría. “Recuerdo el Mundial 2001 como algo mágico. Fue un momento excepcional. Yo tenía 16 años y fue algo que me dio mucha motivación para seguir trabajando para poder vivir algo similar. Recuerdo con mucha ilusión la final con el gol de Anquetil.”

El jugador del PSG Handball sabe de la importancia de este Mundial para su deporte y nos recalca en la previa de la final que lo dejarán todo para colgarse al cuello una medalla de oro que puede ayudar mucho a su deporte en Francia. “Ganar el Mundial vale lo mismo sea donde sea pero para nosotros ganar este Mundial es muy importante para el balonmano en nuestro país. Con este Mundial creo que podemos conseguir mucho para nuestro deporte. Podemos llevar al balonmano a otro nivel y pienso que lo estamos consiguiendo.”

Edu Agulló | @Eduagullo