24 meses han pasado desde que Polonia se subió al podio del Mundial de Qatar y apenas 5 meses desde que peleó con Alemania por colgarse al cuello la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Muy poco tiempo ha transcurrido de estos grandes éxitos y Polonia ya ha vivido uno de los mayores fracasos de su historia. Pues tan solo 2 años después de ser tercera del mundo va a conseguir en Francia el peor resultado de su historia.

La selección que Talant Dujshebaev dirige desde pocos meses antes de la cita olímpica llegó al Mundial de Francia inmersa en las dudas lógicas que genera un dramático cambio generacional. Pero aún así en pocos pronósticos estaba el hecho de que se quedase sin opciones de clasificación a falta de dos jornadas para el final de la fase de grupos y el hecho de sufrir con Japón hasta tal punto que la selección nipona tuviese balón para empatar el encuentro.

Ahora, Polonia deberá luchar por los puestos del 17º al 20º para cerrar de la mejor manera posible su peor Mundial de la historia. Hasta la fecha su peor resultado lo había conseguido en 1986, cuando finalizó el Campeonato del Mundo de Suiza en 14ª posición (aquel torneo solo lo disputaron 16 países).

El fracaso no tiene paliativos. Quedarse fuera de la fase de grupos pocos meses después de ser 4ª en los Juegos Olímpicos es una decepción tremenda para Polonia. Pero también es cierto que es necesario contextualizar lo que ha pasado en este Mundial de Francia.

Tras la cita olímpica, como haceN muchas selecciones, Talant Dujshebaev decidió que era hora de iniciar el relevo generacional. Jugadores como Szmal, Bartosz Jurecki o Bielecki, los tres por encima de los 34 años, ya no tenían mucho que decir en el futuro de Polonia. También se quedaron en casa jugadores como Michał Jurecki o Krzysztof Lijewski, que además de estar por encima de la treintena de edad arrastraban molestias físicas.

De esta manera la apuesta de Talant era llevar una selección completamente distinta a la de anteriores torneos pero con tres líderes experimentados que le permitiesen pelear de tú a tú con cualquier selección del mundo. Piotr Wyszomirski sería el encargado de hacer olvidar a Sławomir Szmal y Kamil Syprzak y Mariusz Jurkiewicz debían ser los referentes tanto en ataque como en defensa.

Estos eran los planes de un Talant Dujshebaev que miraba el torneo como un proceso de aprendizaje para posteriores eventos pero la suerte les dio la espalda en la previa del Mundial. Wyszomirski y Syprzak tuvieron que ser descartados por lesión muy pronto y Jurkiewicz se lesionó en el último minuto del último partido de preparación previo al torneo. A Polonia todo le salía al revés.

El proceso de renovación y las desafortunadas lesiones tuvieron como resultado una selección muy inexperta (segunda plantilla más joven del torneo y con 11 jugadores que habían vestido la camiseta de la selección menos de 15 veces) y totalmente renovada.

Si comparamos la Polonia que está disputando este Mundial de Francia solo 3 jugadores repiten respecto a la cita de hace 2 años (Los extremos Przemysław Krajewski y Michał Daszek y el defensor Piotr Chrapkowski). Y si la comparamos con los Juegos Olímpicos, celebrados en agosto, solo repiten 4 (Jachlewski, Łukasz Gierak, Przemysław Krajewski y Daszek).

Con todo esto se esperaba un Mundial complicado para una Polonia que en la última década ha pisado el podio de este torneo en hasta 3 ocasiones pero a pesar de las dudas la decepción de no poder estar entre los 16 mejores equipos del planeta ha sido mayúscula.

Edu Agulló | @Eduagullo