Diego es un nombre icónico para el deporte argentino y por eso no podía llamarse de otra manera el primer jugador argentino que levantase la EHF Champions League.

Pasase lo que pasase en esta Final4, todos sabemos que el nombre de Diego Simonet ya ha entrado en la historia del ‘handball’ argentino. Pero como va en su ADN, Diego no se conformó solo con pisar el Lanxess Arena, quiso convertirse en una leyenda del deporte de su país y lo consiguió. Lo hizo al convertirse en el primer argentino en ganar la EHF Champions League y en el primer no europeo en ser galardonado como MVP de la Final4.

El ‘Chino’ Simonet se ha convertido en los últimos años en uno de los mejores centrales del planeta. Poseedor de un talento descomunal, el jugador del Montpellier Agglomération es un magnífico director del juego. Pero sus virtudes no se quedan ahí, pues es un jugador de mucho desequilibrio, capaz de hacer mucho daño a los espacios, con un buen lanzamiento de media distancia y, sobre todo, un hombre con muchísima garra que aparece siempre que se le necesita.

La garra y la valentía de Diego Simonet le han llevado a lo más alto y para muestra toda su trayectoria, que es ejemplar. Pues en su carrera ha tenido que superar varios traspiés para terminar alcanzando sus grandes éxitos. El penúltimo mazazo que tuvo que superar el ‘Chino’ fue la lesión de rodilla que le dejó sin Juegos en Río de Janeiro, quizás el palo más duro de su carrera. De hecho, tras levantar la Champions uno de sus primeros pensamientos se fueron a todo lo que tuvo que superar tras aquella inoportuna lesión.

Y el último golpe fue la derrota en Saint Räphael que les aleja de la liga, un título que le hacía especial ilusión a Diego Simonet tras siete temporadas en la liga francesa. A pesar de este varapalo Diego y su banda se recuperaron en tiempo récord para llegar en plenitud de condiciones mentales a la gran cita del año, la Final4 de la EHF Champions League. Y aquí no fallaron, tal y como vienen haciendo en todas y cada una de las rondas de esta competición, donde han sido superiores a todos los equipos a los que se han cruzado en el camino hacia el título.

La personalidad de Diego Simonet le ha llevado a ser lo que es hoy en día. Su alegría se percibe en la pista, contagiando a compañeros y aficionados. Diego disfruta sobre la pista y hace disfrutar, por eso tan satisfactorio era para cualquier aficionado al balonmano ver la sonrisa que le llenaba la cara tras ganar su Champions League.

Y su carisma también es un regalo para Argentina, que tiene en su leyenda un jugador que con medalla y MVP en mano muestra como principal motivo de alegría todo lo bueno que supone este éxito para su deporte. Argentina, disfrútenlo porque este jugador vale su peso en oro.

Edu Agulló | @Eduagullo